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Domingo, 22 Octubre 2017

Dos amigos, una prótesis y el desierto

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Una travesía en bicicleta de montaña de 600 kilómetros a lo largo del desierto. Es el reto más apasionante que Christian Silva, vecino de O Rosal, se ha planteado desde que hace nueve años perdió el brazo izquierdo en un accidente laboral.

Ya se siente preparado para esta hazaña después de haber cumplido otras metas. La amputación de su extremidad superior hizo que su vida diera un giro de 180 grados. Se fue a vivir a Madrid para completar su rehabilitación y allí encontró un trabajo en la Fundación DKV Integralia y también al amor de su vida. Una vez que fue normalizando su situación, no quiso que la pérdida del brazo le impidiera hacer deporte. «Me decanté por la bicicleta de montaña. Con el tiempo y mucho sudor y lágrimas logré hacerme con ella y pasé de no poder andar más de 5 kilómetros a lograr hacer una carrera de 165».

Este joven de 27 años reconoce que ahora es feliz. «No cambiaría la vida que tengo por volver a tener un brazo», confiesa. De hecho ahora hace más cosas que cuando vivía en O Rosal. «No dejo nada para después porque no sabes lo que puede pasar más adelante», afirma. Es la lección de vida que aprendió cuando perdió el brazo en la carnicería familiar en la que trabajaba en O Rosal después de que una sierra le cayera encima.

Por eso, su participación en la Titan Desert no puede esperar más y se ha propuesto estar en la próxima edición, que se celebrará del 29 de abril al 4 de mayo del año que viene.

Esta prueba está basada en la filosofía del París-Dakar. Los ciclistas compiten durante seis días en el desierto de Marruecos. La dureza de la competición viene marcada por la larga distancia de las etapas, muy poco señalizadas, donde la navegación y la orientación juegan un papel fundamental. Deberá someterse a las altas temperaturas, las fuertes rachas de viento, interminables llanuras y pistas pedregosas que castigan tanto a los ciclistas como a las bicis.

Christian no irá solo en esta aventura. Irá con su compañero de fatigas, Javier Rondón. «Voy con la persona que me ha acompañado desde hace cinco años y su ayuda será fundamental, sobre todo por los problemas que me causa la prótesis, que se rompe con frecuencia».

Javier, que es carpintero, ha tenido que hacer más de un apaño con palos que encontraba por el camino para que su amigo pudiera continuar la marcha durante sus sesiones de entrenamiento. Ya ha ideado unas varillas de aluminio que reforzarán la prótesis de Christian en el desierto.

Apoyos

Cumplir este sueño supondrá un importante desembolso económico, pero podrían optar a una ayuda de la empresa Gaes. Su iniciativa es la segunda más votada en la campaña de Internet Persigue tus sueños. «Valorarán las diez iniciativas más votadas para apoyarlas. El año pasado repartieron 20.000 euros entre seis participantes», afirma Christian. Además están buscando algún patrocinador para poder incrementar el número de apoyos. «Se puede ir de muchas formas, solo participando o llevando un masajista o un mecánico para tener unas mejores garantías», añade.

Mientras se materializan estas colaboraciones, continúan preparándose física y mentalmente para llegar a la prueba en un estado óptimo.

Christian reconoce que nunca había entrenado tanto. Las salidas en bicicleta se completarán a lo largo de los próximos meses con sesiones en el gimnasio. Si bien es una prueba que tiene un carácter competitivo, reconoce que su objetivo es poder terminarla. Con llegar a la meta se da por satisfecho.

 

Fuente: La Voz de Galicia.

 

 

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