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Martes, 13 Mayo 2014

Discapacidad ampliada

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Discapacidad ampliada

Desde   el día en que conocen la discapacidad de sus hijos, las madres nunca   más vuelven a ser las mismas. La realidad de la discapacidad a veces no   es fácil de asumir, pero ellas casi siempre aceptan el papel   protagonista para defender sus derechos y los de sus hijos e hijas. Esta   decisión cambia sus vidas. Sería importante dar a conocer este trabajo y   lograr que las madres-cuidadoras ejerzan todos sus derechos. Ellas   tienen la palabra.

Las   madres de personas con discapacidad se enfrentan no solo a los   obstáculos que encuentra la discapacidad, sino a un cambio de vida que   supone en muchas ocasiones desde dejar el trabajo y su proyección   profesional, su desarrollo vital, hasta tener serios problemas   económicos para afrontar la nueva situación.
 
Según   la Encuesta de Discapacidad, Autonomía Personal y Situación de   Dependencia (EDAD) 2008, en el país existen cuatro millones de personas   con discapacidad y de este número más de la mitad necesitan a una   persona que les atienda a tiempo completo y este rol, por lo general, lo   asume la madre.
 
María   Luz Sanz Escudero, de la Asociación Eunate, explica que las familiares   de personas con discapacidad han sido las impulsoras de muchas entidades   que, si bien en un principio tenían un carácter más asistencial, han   ido evolucionando a entidades que representan y reivindican los derechos   de esas hijas e hijos con discapacidad.
 
A   lo largo del tiempo, en el caso de las madres, el rol ha cambiado y han   logrado tener una participación más activa en el movimiento asociativo.   Estas mujeres han actuado con verdadera entrega a la hora, por ejemplo,   de exigir el cumplimiento de los derechos que tienen niños y niñas con   discapacidad, que pasan por su inclusión en todos los ámbitos de la   vida, tanto social, como escolar y laboral.

¿Apoyo y soporte familiar?

Aunque   cada vez existe una mayor implicación de toda la familia, la realidad    es que se sigue viendo el cuidado de las personas con discapacidad como   algo que solo compete a las madres. Además, el contexto económico   actual ha perjudicado aún más y sobre todo a las familias con miembros   con discapacidad, que por su situación especial tiene más dificultades   de inserción y permanencia en el mundo laboral.
 
-Esto   provoca que de nuevo se vea como natural que se queden en casa   atendiendo a estas hijas e hijos con discapacidad. Hay que tener cuidado   para no volver a las situaciones que creíamos superadas-, recalca Sanz.
 
Igualdad de oportunidades
 
Tanto   el CERMI como cada una de las organizaciones que lo componen han   trabajado arduamente en esta temática durante mucho tiempo. -El discurso   con las necesidades y demandas está articulado y solo queda que los   responsables de poner las medidas para que esto sea una realidad las   asuman como propias-, reitera la experta.
 
Necesidades

Las   demandas específicas para apoyar a las madres de personas con   discapacidad y mejorar la conciliación entre la vida laboral y la   privada se resumen en lo siguiente: 
   
  • Aumentar el tiempo de baja por maternidad a las madres y padres cuando su hija o hijo tenga discapacidad.
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  • Reducir   la jornada laboral en un porcentaje flexible que permita atender las   necesidades específicas de atención  a sus hijos e hijas con   discapacidad.
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  • Posibilitar formas flexibles de jornadas laborales.
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  • Aumentar los periodos de excedencia con reserva del puesto de trabajo.
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  • Considerar como cotizado a la seguridad social el tiempo de excedencia por el cuidado de sus hijas o hijos.
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  • Reservar plazas en guarderías para niñas y niños con discapacidad.
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  • Ayudas económicas para los tratamientos de rehabilitación.
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-Si   se tuvieran todas estas cosas en cuenta, las mujeres podrían llevar a   cabo tanto su carrera profesional como el cuidado más especializado de   sus hijos-, recalca  Sanz.

Herramientas

Poner   en marcha parte de estas medidas facilitaría que estas mujeres ejerzan   sus derechos en igualdad de condiciones que el resto. Y esto es de   justicia hacerlo.
 
-Lo   más importante es que la sociedad las vea como sujetos activos no como   meras cuidadoras. Si el entorno en el que se mueven, familiar, social y   laboral, no cambia su mentalidad sobre el rol que deben asumir por el   hecho de tener hijas o hijos con discapacidad, es difícil que logren   hacer realidad esa igualdad de oportunidades que por otra parte es un   derecho que tienen-, enfatiza.
 
Para   lograr ese espacio en la sociedad las madres de personas con   discapacidad deben tener un papel activo en defensa de sus derechos así   como los de sus hijas o hijos con discapacidad. 
 
Según   la experta es importante que se visibilice el trabajo e implicación de   las madres de personas con discapacidad, así como sus demandas y para   lograrlo son ellas las que deben estar presentes en los foros donde se   debaten los temas. La participación activa es lo que hará que su voz se   oiga, ya que si no se conocen sus necesidades es difícil que se realicen   demandas y por lo tanto que se articulen medidas que den respuesta a   las mismas.
 
-Ellas   deben estar en primera línea y aunque muchas crean que no están   preparadas y no se atrevan por esa razón a dar ese paso, les animo a que   lo hagan porque su experiencia vital aporta un conocimiento y una   visión de la vida que otros tienen-, concluye.