Arriesgar la salud por dinero
El coche, el maldito coche, truncó un mal día las vidas de Luisma y Mateus. Sendos accidentes de tráfico les dejaron a uno en silla de ruedas y a otro con una sola pierna y con la otra impelida tras superar cuatro dolorosos meses en coma. Ahora no es el coche su enemigo si no la crisis, la maldita crisis. Necesitados ambos de diferentes productos ortopédicos, recurrieron a internet para intentar ahorrar algo de dinero en los elementos que cada día les recuerdan aquellos fatídicos siniestros. Según Juan Aldeano, técnico ortoprotésico y vice-presidente de la Asociación de Ortesistas Protesistas de Madrid Castilla-La Mancha, -en internet se venden un 30 o un 40% más baratos que en el mercado normal-. Pero tienen efectos secundarios.
Luisma tuvo que estar más de un mes en la cama por los dolores de espalda que le producía su nueva adquisición. Un producto que le supuso un desembolso de unos 3.000 dólares (unos 2.500 euros). Mateus apenas pudo probar su nueva férula para su única pierna puesto que no se adaptaba a la misma y le molestaba al andar. Al final, ambos tuvieron que recurrir a Juan. -Me gasté el triple de lo que me hubiera gastado con Juan y menos mal que como tenemos buena relación ellos me adaptaron la nueva férula gratis-, comenta Mateus. Para Luisma hubo que tomarle con precisión todas sus medidas corporales para hacerle las modificaciones pertienentes para que su espalda no se resintiera de vivir condenada a las ruedas.
No es fácil la vida para las personas que necesitan productos ortopédicos. Mateus presume de que su trabajo le permite costearse sus necesidades sanitarias pero que no todo el mundo puede. La prótesis que tiene en su pierna amputada, prótesis que dispone de rodilla con articulación electrónica, puede costar en torno a los 30.000 euros. -Un coche-, ejemplifica el paciente. Normalmente, se tiene que cambiar a los 5 años. -Yo las tengo que cambiar antes porque ando mucho-, cuenta sonriente. A la pregunta sobre si se ha planteado comprar esa rodilla por internet, Mateus es meridiano, -sería como pegarte un tiro en la pierna-.
Y es que -no todo vale-, cuenta Juan. Además de necesitar prescripción médica, los productos ortoprotésicos necesitan de una adaptación al paciente porque -no todos somos iguales-, asegura el técnico ortoprotésico. En su clínica se hacen manualmente la mayoría de productos que necesitan sus pacientes y recuerda que ésa es la única manera de asegurarse que son adecuados al individuo. Opción que nunca tuvo Luisma con su silla comprada a través de internet puesto que no sólo le negaron la devolución si no que además también cualquier modificación para adaptarla a sus necesidades. Los damnificados, ni se plantean denunciar, puesto que muchas veces -son personas que venden los productos desde su casa con el único gasto de un ordenador con acceso a la red-, contaba Juan Aldeano.
Desde la Federación de Ortesista y Protesistas exigen a la Administración que evite este intrusismo ilegal y que deje de financiarlo. Las Comunidades Autónomas siguen ayudando a los pacientes en la compra de estos productos a través de las prescripciones médicas sin comprobar el destinatario de esa subvención. Recuerdan que las sanciones por vender productos sanitarios online pueden alcanzar el millón de euros. No obstante, son conscientes que la crisis obliga a los pacientes a -abaratar costos de cualquier forma, incluso aunque haya que poner en riesgo su salud-, finalizaba Pablo Pérez, presidente de la Asociación de Ortesistas Protesistas de Madrid Castilla-La Mancha.
Fuente: el mundo.es http://www.elmundo.es/blogs/elmundo/latrinchera/2012/04/10/arriesgar-la-salud-por-dinero.html